Post - Dragon's Dogma - Dark Arisen Remasterd HD -- De vuelta a Gransys

Os dejo un artículo traducido de esta página, en la que el redactor narra de forma bastante épica una de sus aventuras nocturnas en el juego. Espero que os guste porque a mí me ha encantado.

Una serie de épicos eventos en Dragon's Dogma

"Las leyendas llaman a este lugar el Bosque de la Bruja." El susurro de Rook apenas se eleva más allá del firme tapete de árboles que nos rodea. "Es una niebla maldita que pone en peligro nuestra visión."
Me detengo en seco. No solo la dicción Shakespeariana de Rook me pilla por sorpresa, sino que también insinúa que venir aquí fue directamente una lamentable decisión por mi parte. ¿Y si no hubiese desatendido los argumentos de los aldeanos de permanecer en el camino? Sí, tenía misiones que completar, profecías que cumplir, pero el retorcido, sinuoso y sucio rastro se desvanecía del camino por el cual viajé antes hoy suplicante de exploración. Y ahora estoy en el Bosque de la Bruja. Suena como algo que una banda de heavy metal gritaría justo antes de un estribillo de rasgar cuerdas.

Marcho delante, mi breve parpadeo de vacilación ya olvidado. No tengo miedo. Dispongo de flechas siempre listas y un par de dagas para el trabajo sucio. Durante la creación del personaje, me centré en la clase Strider: un híbrido rápido y ágil de combate a distancia y cuerpo a cuerpo semejante al arquetipo estándar del Pícaro. Si no pudiese matar lo que quiera que viniese hacia mí en el bosque, podría fácilmente ser más listo que él y preocuparme por mi reputación más adelante.

Fue entonces cuando mi linterna se apagó.

Oscuridad. Rápidamente me doy cuenta de que los desarrolladores de Capcom hicieron sus deberes en el tema de "bosques completamente oscuros y tú". No puedo ver nada más allá de mi nariz - árboles y densos follajes se reducen a manchas en mi pantalla. Me espero la aparición de una figura fantasmal de luz circular como en juegos con estructuras parecidas. Nada. La negrura me asfixia como una almohada manchada de tinta. Precipitadamente recuerdo haber contenido una ligera sonrisa burlona cuando los aldeanos me aconsejaron que me equipase de un montón de aceite para la linterna. Debería escuchar a los lugareños más a menudo.

Maldigo en voz baja. Momentos después, otra especie de maldición: "Esto es jodidamente increíble."

Sorprendentemente, la falta de visibilidad en realidad aumenta mis sentidos restantes mientras fuerzo mis ojos inútilmente. La realidad se convirtió en fragmentos invisibles de percepciones auditivas: el viento gime entre los vigilantes troncos, los chirridos de metal contra metal cuando mis compañeros mueven su armadura, los suaves crujidos de la hierba cada vez que doy otro paso. Mis oídos amplifican cada sonido con una claridad cristalina...lo cual explica por qué casi atravieso de un salto el techo al oír los aullidos de los lobos desgarrando mis auriculares.

Mis compañeros entran en acción. Wulfric -- el más silencioso -- golpea el escudo con su espada en un gesto burlón. Rook da vueltas a su bastón para hacer un encantamiento antes de gritar, "¡Fuego, préstame tu beso!" Me detengo un momento y sonrío de oreja a oreja; algo parecido dije seguramente en mi infancia durante mis sesiones de Dragones y Mazmorras. Mis dagas brillan con un naranja resplandeciente, y sé que he recibido un daño de fuego para dar brillo a mis ataques.

La manada de lobos desciende hasta nosotros en un rabioso frenesí. Los colmillos refulgen y la sangre fluye a medida que saltamos sobre las adustas bestias. Son rápidos, entrando como una flecha y hundiendo sus dientes en la carne expuesta antes de retroceder y reagruparse. En un golpe de suerte, Wulfric inmoviliza al corpulento lobo alfa con su escudo. "¡Ahora Arisen! ¡Golpea sin reservas!", grita él. Esprinto sobre ellos y clavo mis dagas en la maraña de pelo y cota de malla. Un fuerte gemido resuena; los lobos tiemblan una vez y se quedan inmóviles.

Compruebo la posición de Rook. Como mago, él es la única fuente de iluminación debido a sus ataques mágicos y hechizos. Doy un suspiro de alivio -- Rook sabiamente se había colocado en lo alto de una pequeña colina fuera de las lindes del sendero. Sus bolas de fuego dejan una estela de luz roja en el aire antes de prenderle fuego a los lobos que se estaban acercando demasiado. Casi aplaudo a Capcom allí mismo por la impresionante IA del grupo, pero mis dedos se ocuparon ellos solos de machacar los botones en su lugar.

Al quedarse solos, los Striders se vuelven derviches danzantes con rápidos ataques de dagas y oportunos derribos. Mi configuración de habilidad actual proporciona un golpe uno-dos para la mayoría de enemigos: Empiezo con un "Atrapar", lo cual lanza finas cuerdas desde mis palmas para envolver las piernas de los enemigos más cercanos antes de tirarlos al suelo. Mi siguiente movimiento es el "Parte Yelmos", un ataque aéreo con un componente como el giro de Sonic que lanza a la víctima por el aire. Tan pronto como aterricen, me voy a la ciudad con una oleada de impactos de daga.

Pronto, los cadáveres de la manada cubren el camino. Hurgo en mi inventario y, al más puro estilo Capcom, uso algunas hierbas verdes para reparar mis heridas. Envainando mis dagas, me tomo un tiempo para liberar a los lobos de sus pieles; necesito alguna forma de mostrar mi nuevo aprecio por los aldeanos.

"La unión hace la fuerza, Arisen", dice Rook triunfalmente. Wulfric mantiene la boca cerrada. Me alegro de que Capcom me entregase el equivalente medieval de Penn y Teller (comediantes americanos) como compañía. Usando los cuerpos de los lobos como una serie de sangrientos puntos de referencia, retrocedo cuidadosamente sobre mis pasos fuera del bosque y de vuelta a la civilización. Cuando estoy de regreso en el pueblo, me voy a comprarles a todos una ronda de aceite para la linterna antes de la próxima aventura.

Spoiler: