EPISODIO 1
-Es diferente ahora... ¿qué está pasando? ¿Qué... has... hecho? ¡¡Nos has condenado, mujer!!
-¿Y ahora me tratas como a una humana?
Estaba en un lugar que no podía distinguir muy bien, pero que aún así me resultaba familiar tanto por aspectos como los ruidos, voces e incluso los olores.
Sentí como si alguien me llamara, solo que no era a mi, entonces sonó el despertador y me di cuenta de que solamente estaba soñando.
Eran poco menos de las ocho de la mañana de un ¿Lunes? ¿Miércoles?.
Ya casi no los distingo, así que me dispuse a seguir con mi rutina diaria. Me vestí, desayuné lo que hubiera preparado en la cocina y cogí la mochila para ir al instituto.
Por el camino, y pasando por el centro comercial, me pareció distinguir uno de los olores que capté en mi sueño, aunque solo por un momento así que no le di más importancia.
Entonces, mi amigo Mike se me acercó:
-Eh, tío, tienes mala cara, ¿no has dormido bien?
-Pues si te digo la verdad, no. Me he despertado bastante agotado.
El día transcurría con normalidad, en la aburrida clase del Señor Queensborough, hasta que alguien llamó a la puerta y lo hizo salir de la clase.
Entonces, justo en ese momento, sonó mi móvil que supuestamente debía estar apagado, era una voz masculina que me dijo algo soprendente.
-James, tanto tú como yo sabemos quien eres, aunque no lo recuerdes muy bien.
-¿Quién eres? -pregunté.
-¿Ves al señor Queensborough? En menos de un minuto entrará por la puerta junto con dos agentes de policía, van a por ti y tienes que escapar por todos los medios.
-Pero...
-No hay tiempo para explicaciones, cuando te lo diga, salta por la ventana, la tercera de la pared izquierda.
-¿Qué estás diciendo? Esto está lleno de gente.
-Dirígete a ella y ábrela, ¡YA!
Me levanté y hice lo que me dijo...
-Ahora, ¡salta!
-Son 3 pisos, estás loco, no voy a hacerlo.
-¡¡¡SALTA!!!
Hice caso a la voz y me lancé al vacío. No recuerdo que sucedió después, solo recuerdo que cuando desperté estaba en una habitación de hospital, conectado a una máquina para poder respirar mientras mis padres, afligidos, hablaban con el médico. Y pude escucharlo todo:
-Entonces, doctor, ¿ya está fuera de peligro?
-Señor Keagan, su hijo está fuera de peligro, pero tengo malas noticias.
-Oh, Señor... -oí decir a mi madre.
-Su hijo ha perdido la movilidad en las piernas por culpa de la caída, lo siento mucho, pero las esperanzas de que pueda volver a caminar son prácticamente nulas.
Intenté disimular mi sorpresa y rabia mientras veía a mis padres asimilar la noticia como bien podían, entonces el médico comentó que un agente quería hablar con mi padre y que esperaba fuera.
Cuando se fueron, abrí los ojos e intenté mover las piernas. No podía, evidentemente. Pese a mis esfuerzos, el hecho de mover las piernas por mi mismo era una utopía.
Pero... sentí algo. No puedo explicar con certeza lo que fue, pero tuve una especie de flash. Me vi acostado, pero en vez de estar en el hospital, estaba en una especie de acantilado en medio de una tormenta.
Solo vi eso, la siguiente imagen que vi era a uno de los policías girándose instantáneamente hacia mi posición mientras me miraba con gesto contrariado.
Lo más extraño es que su movimiento fue rápido y directo, muy parecido al de un robot... (CONTINUARA)