Linkin Park - A thousand suns - Ya a la Venta

1. The Requiem 2:01
2. The Radiance 0:57
3. Burning In The Skies 4:13
4. Empty Spaces 0:18
5. When They Come For Me 4:55
6. Robot Boy 4:29
7. Jornada Del Muerto 1:34
8. Waiting For The End 3:51
9. Blackout 4:39
10. Wrectches And Kings 4:15
11. Wisdom, Justice, And Love 1:38
12. Iridescent 4:56
13. Fallout 1:23
14. The Catalyst 5:39
15. The Messenger 3:01

Muchos músicos pasan su vida buscando un sonido que los distinga, que al mismo tiempo sea un portador de su mensaje y de ser posible que esto se traduzca en éxito comercial. Pero una vez que lo logran, sucede que es el mismo grupo que busca algo nuevo en un afán de reinventarse.
Esto parece que va a suceder con Linkin Park, banda emblemática, pionera y, para muchos, sobreviviente de la corriente new metal, de la cual son contemporáneos del género Korn, System of a Down y Slipknot, y que había logrado permanecer fiel a sus principios. Hasta ahora, cuando se arriesga con su nuevo álbum, “A thousand suns”, que sale a la venta en México, el cual incluye sonidos y elementos que difícilmente podría concebirse que fueran combinables con sus canciones anteriores.
Efectivamente, las voces de Chester Bennington y Mike Shioda, la guitarra de Brad Delson, el bajo de Dave Farrell, la tornamesa de Joe Hahn y las percusiones de Rob Bourdon están ahí con su estilo conocido, pero con ingredientes nuevos.

Madurez artística

Pero, ¿por qué dejan de sonar a lo que crearon? Quizá la respuesta se encuentre en la madurez artística, pues aunque la mayoría de sus integrantes están a mitad de los 30 años, su sonido trata de permanecer fresco, propositivo y quizá, lo mas importante, distinguible dentro del espectro musical. Ya no son los jóvenes veinteañeros que nacieron comercialmente a inicios de la década y el proceso de crecimiento los ha llevado a lo que algunos críticos consideran una grabación que intenta dar fe de sus creencias políticas, como el antibelicismo.
Este cuarto disco es producido por la banda y Rick Rubin (con quien habían trabajado en Minutes to midnight).
Formados a mediados de los años 90, los californianos podrían ser considerados como una de las bandas que le han dado forma y sonido a esta primera década del siglo.
Carrera exitosa
Desde su álbum debut “Hybrid theory”, en el año 2000, la banda liderada por Mike Shinoda pareciera no haber tenido un lapso de descanso, y si lo hicieron fue para afinar detalles de alguna gira o un nuevo material, o para participar en causas filantrópicas.
La mas reciente fue su activismo en pro de las victimas del terremoto de Haití de enero pasado con su tema “Not alone”.
Además han sido reconocidos con premios MTV, Grammy, han encabezado las listas del Billboard, e incluido su trabajo en bandas sonoras de películas como Valentine, Matrix y recientemente en la franquicia de Transformers.
La crítica especializada, en general, ha sido positiva con esta nueva entrega, no así un segmento de sus fans, pues su principal desacuerdo es el sonido más electrónico que se escucha en la banda, que si bien había estado presente de manera significativa en sus obras previas, ahora sobresale con primer sencillo, lanzado en agosto, “The catalyst”.
Los miembros de la banda han declarado que esto es una evolución en su música, pero para algunos de sus seguidores incluir sampleos electrónicos no significa una evolución y dicen que difícilmente se puede ser contestatario y agresivo con los beats electrónicos que ahora utilizan. De igual forma les ha sido atacado el hecho de que la voz de Shidoa se escuche a través de filtros.
Chester Bennington, en una entrevista concedida en 2008 a MTV, habló de la idea de crear un disco conceptual: “Cuando hablas de un álbum conceptual, lo primero que viene a mi mente es teatro, ópera o algo parecido, pero un amigo nos presentó esta idea para el siguiente álbum y nos gustó. Es inspirador y podríamos relatar muchas cosas de las cuales nos gustaría escribir”.
Es posible que este disco de Linkin Park no se vuelva de culto y no trascienda la sombra de sus hermanos mayores, pero siempre es bienvenido un material como “A thousand suns” en un mundo ahogado entre el pop de Lady Gaga y Justin Beiber.