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El Hombre el Saco - La verdad detras del personaje asusta crios
El hombre del saco, viejo del saco, viejo del costal, el hombre de la bolsa o el viejo de la bolsa es un personaje del folclore infantil hispánico. Se le suele representar como un hombre que vaga por las calles cuando ya ha anochecido en busca de niños extraviados para llevárselos metidos en un gran saco a un lugar desconocido. Este personaje es caracterizado como un asustador de niños, y se utiliza como argumento para asustar a los niños y obligarlos a que regresen a casa a una hora temprana.
La Horrible Realidad - Infanticidas
La figura imaginaria del "Hombre del Saco" tiene su correlato real en numerosos criminales tristemente famosos por secuestrar y matar niños. En algunos de ellos se ha querido ver el origen del personaje, aunque en realidad éste no se basa en ningún suceso en particular (aunque puede verse 'confirmado' por todos ellos).
1910. Gádor, Almería. Francisco Ortega el Moruno era un enfermo de tuberculosis que buscaba desesperadamente una cura para su enfermedad. Para ello acudió a la curandera Agustina Rodríguez, quién a su vez le envió al barbero y curandero Francisco Leona. Al parecer, Leona ya tenía antecedentes criminales y, a cambio de 3000 de los antiguos reales, le reveló "la cura": beber la sangre que emanara del cuerpo de un niño y untarse en el pecho mantecas calientes.
Leona y Julio Hernández el tonto, hijo de la curandera Agustina, se ofrecieron a encontrar al niño. Y así fue como, en la tarde del 28 de julio de 1919, secuestraron a Bernardo González Parra, de 7 años y natural de Rioja. Metiendo al niño en un saco, los criminales lo trasladaron hasta un cortijo aislado en Araoz que Agustina tenía preparado.
Un hermano de Julio Hernández el tonto, José, fue a avisar al cliente el Moruno, dejando a su mujer Elena haciendo la cena.
El asesinato del pequeño Bernardo fue así: después de haberlo sacado aturdido del saco, a Bernardo se le hizo un corte en la axila, de la cual emanó la sangre que bebió el Moruno mezclada con azúcar. El curandero Leona le había extraído, vivo, las grasas corporales y las untó en el pecho de su cliente, el Moruno. Julio Hernández el tonto golpeó al pequeño con una piedra en la cabeza, matándolo.
Acabado el ritual, ocultaron el cuerpo sin vida en una grieta, tapado con hierbas y piedras sin ser enterrado, situada en un lugar cononcido como "Las Pocicas".
A la hora de repartir los 3000 reales que había pagado el Moruno por los servicios, el curandero Leona intentó engañar a su cómplice Julio el Tonto sin obtener buenos resultados. Dándose cuenta de las intenciones de Leona y para vengarse de él, Julio le contó a la Guardia Civil que había visto el cuerpo de un niño cuando perseguía a unos pollos de perdiz.
Cuando el cuerpo de seguridad llegó al lugar, todo el pueblo delató a Leona, pues antes o después había cometido algún delito. Detenido, a la hora de prestar declaración inculpó a Julio y viceversa. Finalmente, tras mil y una excusas, ambos confesaron el crimen. Cuando el cuerpo fue encontrado, éste estaba boca abajo con el cráneo completamente destrozado.
El curandero Leona fue condenado al garrote vil, pero murió en la cárcel. El cliente, Ortega, y Agustina, la curandera, fueron ejecutados. José, uno de los hijos de Agustina, fue condenado a 17 años de cárcel. La mujer de éste, Elena, fue absuelta. Y Julio el tonto finalmente fue indultado por ser considerado demente.
Todavía viven personas en pueblos como Rioja o Gádor, que son capaces de recordar las coplas que corrieron en esos tiempos, ensalzando la figura del Cabo Mañas, que capturó a los despiadados autores.
El Sacamantecas y otros asesinos famosos
La leyenda del sacamantecas es una de esas que ha perdurado en el boca a boca del pueblo llano durante más de un siglo. En nuestros días, esta historia ha quedado como un viejo mito, pero durante muchas décadas, esta terrible historia aterrorizó a los niños y no tan niños de toda España. En gran parte, por culpa de los padres, que encontraron un filón en ella para mantener a sus hijos a raya inculcándoles en lo más hondo de su imaginario que en el momento menos pensado, un ser monstruoso aparecería para secuestrarlos si permanecían en las calles a horas poco adecuadas o incumpliendo las órdenes de los progenitores. Incluso se llegó al punto de poder convocar al sacamantecas a placer, amenazando a los niños con que vendría a llevárselos si no se portaban bien.
Los orígenes de la leyenda
El mito tiene orígenes reales, aunque curiosamente, tan solo un niño fue asesinado por los precursores de esta leyenda. Los sacamantecas, u hombres del saco fueron asesinos de principios del siglo XX. El principal fue Juan Díaz de Garayo, un rudo agricultor Alaves, con rasgos físicos más típicos de un homínido primitivo que de una persona de esa época.
El tal Díaz de Garayo fue un asesino y violador de mujeres, en su mayor parte prostitutas, a las que rajaba el vientre de forma atróz. Declaró seis muertes, aunque se piensa que fueron muchas más por lo espaciado de algunos de sus crímenes. Como anécdota y para imaginar el rostro y los rasgos tan inusuales y terroríficos de este hombre, su captura se debió a que una niña, al cruzárselo por la calle y ver su horrendo rostro, imaginó que alguien con ese aspecto debía de ser el sacamantecas que estaba azotando con sus crímenes aquellas tierras y se puso a gritar señalándolo. La gente, pensando que el hombre había intentado algún tipo de abuso sobre la niña, lo llevó al cuartelillo, donde Díaz de Garayo se vino abajo y confesó sus crímenes. Al final, fue condenado a muerte a ajusticiado en Garrote Vil.
Juan Diaz de Garayo
Pero el apodo de Sacamantecas, viene de casi un siglo antes y el su artífice es Manuel Blanco Romasanta, conocido también como el hombre lobo de Allariz. Este personaje nació en el año 1809 en un pueblecito de la Galicia profunda. Primero fue sastre hasta que enviudó y se dedicó a la venta ambulante de untos o grasas (Durante mucho tiempo, los untos se usaban para el engrase de ruedas de carro y mecanismos diversos, como molinos y norias). En este punto es cuando fue acusado por los lugareños de que las grasas que vendía eran de origen humano y fue acusado y condenado por la muerte de un alguacil. Aquí comienza la rocambolesca historia de este hombre que se escapa de la justicia y durante su búsqueda, asesina a nueve personas más infringiéndoles terribles heridas con sus propios dientes e incluso comiéndose parte de sus cuerpos al más puro estilo del hombre lobo.
Romasanta. Extraido del libro Psicópatas criminales de Berbell y Ortega
Al final fue detenido y condenado a muerte, pero un hipnólogo francés pidió a Isabel II, que revisara la causa y le permitieran estudiar lo que era un claro caso de Licantropía, un desorden psicológico bastante desconocido en la época. La pena de muerte se transmutó en cadena perpetua. Romasanta moriría años después cumpliendo condena en la cárcel de Allariz.
A estos dos casos, se une el del crimen de Gador, que une la leyenda del hombre del saco a la del sacamantecas. Este asesinato sucedió en el verano de 1910, en un pueblecito muy cercano a Almería. Francisco Leona, un curandero con pocos escrúpulos, ayudado de Julio “el tonto”, un personaje con pocas luces de la zona, secuestraron y mataron a un niño de siete años con el único fin de extraer su sangre y su grasa, para usarlos en la cura de un tercer hombre enfermo de tuberculosis llamado Francisco Ortega “El Moruno”. Según Leona, la sangre y la grasa de los niños tenía muchas aplicaciones terapéuticas, siendo la sangre regenerativa contra la vejez y diversas enfermedades y los emplastes de grasa todo un milagro contra la tuberculosis. Los tres elementos fueron condenados a muerte.
Enriqueta Marti
El caso es que el cocktail terrorífico de todos estos casos, dieron lugar al mito del temible sacamantecas que durante más de setenta años fue el talón de Aquiles de todos los niños españoles, doblegando sus rebeldías a gusto y placer de los padres. Hay que pensar que la comunicación en aquellos años no era tan fluida como ahora y que las noticias llegaban a los pueblos en muchos casos magnificadas y deformadas por los portadores, viajantes y mercaderes que se quedaban con las escenas más espectaculares que escuchaban en sus viajes, creando sus propias historias. También es cierto que durante el paso de las décadas, otros casos ayudaron a mantener estas leyendas en el candelero, como el de Enriqueta Martí, que no está tomada como precursora de este mito, pero a mi entender es la que mejor lo representa porque éste sí que fue un caso real en el que muchos niños fueron asesinados para sacar sus grasas y venderlas en un mercado negro muy floreciente en la Barcelona de 1912.
Cuarto Milenio, con Fríker Jimenez.
-FRIKER:
Bienvenidos, queridos amigos, al Nabo del Misterio.
Hoy tenemos un caso muy especial, el cual he tenido el honor de investigar personalmente.
Vamos a hablar de sucesos inquietantes en Baza, donde los vecinos dicen haber visto misteriosas formas surcando el horizonte.
Aqui tenemos con todos nosotros a Carmen Porter, la cual ahora no puede hablar porque está seriamente ocupada.
-CARMEN:
Ghlfhg slurrph shfdf:fela:
-FRIKER:
Y damos paso desde aquí al reportaje de nuestros compañeros, bienvenidos al Nabo del Misterio, bienvenidos a Cuarto Milenio
-CORTINILLA :(TI TO TA TIN TO TIN TO TIN (8) )
-FRIKER:
¡QUE PONGAS LA PUTA CINTA! ¿SOMOS PROFESIONALES O QUE MIERDA SOMOS?
Baza ( Granada)
01/03/2008 22:24 Post Meridian
Hora zulú
-FRIKER:
Hola queridos amigos Milenarios, estamos aquí en Baza, donde vecinos y visitantes de la zona afirman haber visto una gran forma surcando el horizonte e incluso los cielos.
Aqui tenemos a Fulgencio Alvarez, que trabaja en la zona "de diversión" de Baza, y cuyo nombre artístico es Lola.
Buenas noches Fulgencio.
-FULGENCIO:
-¿Tú eres ese del Nabo del Misterio?¿Quieres ver un buen Nabo guapetón?
-FRIKER:
Quita bicho ¬¬
Cuentenos su testimonio, señor Alvarez.
-FULGENCIO:
Tu te lo pierdes cariño ;-)
Resulta que estaba el otro día en el monte, practicándole una buena felación a un mozo del cual no quiero dar más datos.
Pues bien, al momento en el que el mozo iba a eyacular, al mirar para arriba, vi como una forma en el cielo...
Era una forma extraña y familiar al mismo tiempo... era como algo alargado y puntiagudo, vamos, que parecía una pol*a
-FRIKER:
Mmm, interesante
Siga, por favor.
-FULGENCIO:
Favor el que tienes tú, "mi arma"
Cuando me estaba limpiando la lefa de la cara, vi que aquello se movía.
Era algo parecido a esa película... como coño se llamaba.. Monstruoso o algo asi.
Luego oímos un gran grito, y empezó a llover una lluvia muy extraña en la provincia, era blanca y espesa...
-FRIKER:
()
Escalofriante.
Ejem... aquí termina el relato de Fulgencio Alvarez, un honrado cocksuck*r que nos ha contado la historia tal y como la vivió.
Devolvemos la señal al Nabo del Misterio.
-CORTINILLA: TI TO TA TIN TO TIN TO TIN (8)
-FRIKER:
Carmen, limpiate, por Dios.
Ehem, escalofriante caso ¿Verdad?
Seguiremos investigando el caso, el cual ya muchos han decidido llamar "El caso de la lluvia blanca de Baza", y que ha sacudido los cimientos de una localidad granadina.
Hasta la semana que viene, amigos del Misterio
Wodux escribió:El hombre del saco se usaba para todo,si no comias,si te portabas mal,si no obedecias,si no te dormias
El coco y el sacamantecas estan basados en la misma leyenda mas o menos,ya que el saca mantecas tiene historia propia...
- Spoiler:
El Sacamantecas y otros asesinos famosos
La leyenda del sacamantecas es una de esas que ha perdurado en el boca a boca del pueblo llano durante más de un siglo. En nuestros días, esta historia ha quedado como un viejo mito, pero durante muchas décadas, esta terrible historia aterrorizó a los niños y no tan niños de toda España. En gran parte, por culpa de los padres, que encontraron un filón en ella para mantener a sus hijos a raya inculcándoles en lo más hondo de su imaginario que en el momento menos pensado, un ser monstruoso aparecería para secuestrarlos si permanecían en las calles a horas poco adecuadas o incumpliendo las órdenes de los progenitores. Incluso se llegó al punto de poder convocar al sacamantecas a placer, amenazando a los niños con que vendría a llevárselos si no se portaban bien.
Los orígenes de la leyenda
El mito tiene orígenes reales, aunque curiosamente, tan solo un niño fue asesinado por los precursores de esta leyenda. Los sacamantecas, u hombres del saco fueron asesinos de principios del siglo XX. El principal fue Juan Díaz de Garayo, un rudo agricultor Alaves, con rasgos físicos más típicos de un homínido primitivo que de una persona de esa época.
El tal Díaz de Garayo fue un asesino y violador de mujeres, en su mayor parte prostitutas, a las que rajaba el vientre de forma atróz. Declaró seis muertes, aunque se piensa que fueron muchas más por lo espaciado de algunos de sus crímenes. Como anécdota y para imaginar el rostro y los rasgos tan inusuales y terroríficos de este hombre, su captura se debió a que una niña, al cruzárselo por la calle y ver su horrendo rostro, imaginó que alguien con ese aspecto debía de ser el sacamantecas que estaba azotando con sus crímenes aquellas tierras y se puso a gritar señalándolo. La gente, pensando que el hombre había intentado algún tipo de abuso sobre la niña, lo llevó al cuartelillo, donde Díaz de Garayo se vino abajo y confesó sus crímenes. Al final, fue condenado a muerte a ajusticiado en Garrote Vil.
Juan Diaz de Garayo
Pero el apodo de Sacamantecas, viene de casi un siglo antes y el su artífice es Manuel Blanco Romasanta, conocido también como el hombre lobo de Allariz. Este personaje nació en el año 1809 en un pueblecito de la Galicia profunda. Primero fue sastre hasta que enviudó y se dedicó a la venta ambulante de untos o grasas (Durante mucho tiempo, los untos se usaban para el engrase de ruedas de carro y mecanismos diversos, como molinos y norias). En este punto es cuando fue acusado por los lugareños de que las grasas que vendía eran de origen humano y fue acusado y condenado por la muerte de un alguacil. Aquí comienza la rocambolesca historia de este hombre que se escapa de la justicia y durante su búsqueda, asesina a nueve personas más infringiéndoles terribles heridas con sus propios dientes e incluso comiéndose parte de sus cuerpos al más puro estilo del hombre lobo.
Romasanta. Extraido del libro Psicópatas criminales de Berbell y Ortega
Al final fue detenido y condenado a muerte, pero un hipnólogo francés pidió a Isabel II, que revisara la causa y le permitieran estudiar lo que era un claro caso de Licantropía, un desorden psicológico bastante desconocido en la época. La pena de muerte se transmutó en cadena perpetua. Romasanta moriría años después cumpliendo condena en la cárcel de Allariz.
A estos dos casos, se une el del crimen de Gador, que une la leyenda del hombre del saco a la del sacamantecas. Este asesinato sucedió en el verano de 1910, en un pueblecito muy cercano a Almería. Francisco Leona, un curandero con pocos escrúpulos, ayudado de Julio “el tonto”, un personaje con pocas luces de la zona, secuestraron y mataron a un niño de siete años con el único fin de extraer su sangre y su grasa, para usarlos en la cura de un tercer hombre enfermo de tuberculosis llamado Francisco Ortega “El Moruno”. Según Leona, la sangre y la grasa de los niños tenía muchas aplicaciones terapéuticas, siendo la sangre regenerativa contra la vejez y diversas enfermedades y los emplastes de grasa todo un milagro contra la tuberculosis. Los tres elementos fueron condenados a muerte.
Enriqueta Marti
El caso es que el cocktail terrorífico de todos estos casos, dieron lugar al mito del temible sacamantecas que durante más de setenta años fue el talón de Aquiles de todos los niños españoles, doblegando sus rebeldías a gusto y placer de los padres. Hay que pensar que la comunicación en aquellos años no era tan fluida como ahora y que las noticias llegaban a los pueblos en muchos casos magnificadas y deformadas por los portadores, viajantes y mercaderes que se quedaban con las escenas más espectaculares que escuchaban en sus viajes, creando sus propias historias. También es cierto que durante el paso de las décadas, otros casos ayudaron a mantener estas leyendas en el candelero, como el de Enriqueta Martí, que no está tomada como precursora de este mito, pero a mi entender es la que mejor lo representa porque éste sí que fue un caso real en el que muchos niños fueron asesinados para sacar sus grasas y venderlas en un mercado negro muy floreciente en la Barcelona de 1912.
- Spoiler:
Los nizaríes, a quienes sus enemigos llamaron hashshashiyyín, de donde procede el término asesinos, fueron una rama de la secta religiosa ismaelita de los musulmanes chiítas en el Medio Oriente, activa entre los siglos VIII y XIII. Se hizo famosa a partir del siglo XI por su actividad estratégica de asesinatos selectivos contra dirigentes políticos o militares, Reyes .En ese período, tuvo su sede principal.
Origen
El grupo, en origen, no era más que una comunidad de partidarios del ismailismo en Irán, es decir, una secta minoritaria del chiismo, a su vez minoritario en un país eminentemente sunní. El gran centro de poder ismailí era el Califato Fatimí, con sede en El Cairo. En 1090, para ponerse a salvo de las persecuciones, y dirigidos por el carismático Hasan-i Sabbah o Hasan al-Sabbah, tomaron la fortaleza de Alamut, una posición inexpugnable en las montañas, al sur del Mar Caspio.
Aunque su principal y más conocida sede era Alamut, poseían muchas otras plazas fuertes en Irán y Siria, de modo que conformaban una red cohesionada y bien comunicada, a la que algunos autores califican de "Estado". Los castillos nizaríes eran difícilmente conquistables: se construían en lugares poco accesibles, aprovechando accidentes del terreno, y solían estar bien provistos en cuanto a fuentes de agua y alimentos. Desde estos lugares, los ismailíes extendieron su predicación por Irán y Siria, lo que fue visto como una amenaza por los sultanes de la dinastía turca de los selyúcidas, que controlaban Irán. Estos emprendieron varias acciones militares contra los ismailíes, que no tuvieron gran éxito. En revancha, los ismailíes emprendieron su estrategia de asesinatos contra dirigentes políticos o militares. Una de sus primeras víctimas fue el visir Nizam al-Mulk, en 1092.
Dos años más tarde, en 1094, murió el califa fatimí Al-Mustansir, cabeza del ismailismo, y estalló una guerra de sucesión entre sus hijos Al-Musta'li y Nizar. Los ismailíes de Irán tomaron partido por este último, que finalmente fue derrotado, provocando una ruptura entre los seguidores de Hasan-i Sabbah (que en lo sucesivo se llamarían nizaríes) y la mayoría de los ismailíes.
El Viejo de la Montaña en una representación cristiana medieval.La época de Hasan-i Sabbah, llamado también el Viejo de la Montaña, ha pasado a la historia como la del auge de la secta, del mismo modo que se ha considerado Alamut como el principal, si no único, centro de irradiación nizarí. Hasan es fácilmente representable como el arquetipo de personaje de inteligencia maligna, sin escrúpulos y ávido de poder, muy del estilo de la imagen que circula hoy sobre Osama bin Laden, con quien se le ha comparado, u otros grandes enemigos públicos. En contrapartida, muchos autores, y desde luego los actuales ismailíes, hablan de su gran producción intelectual, su carácter piadoso y austero, su convicción y su genio militar. Lo cierto es que los nizaríes siguieron existiendo tras su muerte en 1124, y desde varios puntos de vista, los aspectos más importantes de la secta son posteriores al carismático líder. Los dirigentes de la secta residieron en otros lugares aparte de Alamut, y muchos de ellos fueron conocidos también con el sobrenombre "viejo de la montaña", lo que es lógico teniendo en cuenta que se les aplicaba el tratamiento de shayj, que etimológicamente significa "anciano" (en el sentido de "venerable"), y que forzosamente residían en la montaña, pues las fortificaciones nizaríes se construían en lugares escarpados para defenderse mejor de sus múltiples enemigos.
A Hasan le sucedió su lugarteniente, Buzurg Ummid ("Gran esperanza"), y tras él su hijo, Muhammad I, en 1138. Los nizaríes seguirán practicando sus estrategias de asesinato contra los turcos y otros enemigos políticos de manera intermitente, aunque sonada: algunos de sus asesinatos más famosos son de esta época posterior al Viejo, como se ha dicho más arriba.
En tanto que rama minoritaria del ismailismo, que a su vez es rama minoritaria del chiismo, y éste rama minoritaria del islam, los ismailíes eran percibidos por la población (mayoritariamente suní) como la heterodoxia dentro de la heterodoxia, lo que explica que la mayor parte de la documentación que existe sobre la secta dé a entender que su carácter islámico era solamente aparente. Se suele insistir en su aspecto batiní, esto es, esotérico, y se dice que incluso llegaron a negociar con el rey Amalarico I de Jerusalén su conversión al cristianismo por razones de conveniencia, pretensión que habría sido abortada por las maquinaciones de los templarios.
El hecho es que el islam ismailí, aunque se atiene al ritual y las prescripciones legales de la religión, considera que éstas son secundarias respecto a la finalidad realmente importante, que es el conocimiento esotérico de los mensajes ocultos en el Corán. Esto ha propiciado que del ismailismo hayan surgido, en una nueva vuelta de tuerca, derivaciones cuya "islamicidad" está puesta en tela de juicio por la mayoría de los musulmanes, como las de los drusos y alauíes.
En 1162, Hasan II sucede a su padre Muhammad I. Bajo su mandato se produce una de esas "vueltas de tuerca", uno de los hechos más notables en la historia de los nizaríes. En el mes de Ramadán de 1164, anunció, en nombre del Imán oculto, que había llegado el momento de la "gran resurrección" (qiyama), con lo que ya no tenía sentido cumplir las prescripciones musulmanas ni seguir la sharia. El ayuno de Ramadán fue prohibido, y se alentó a los fieles a beber libremente alcohol. El reinado de Hasan II será breve, ya que 18 meses más tarde será asesinado por un partidario de la vieja doctrina. Sin embargo, su hijo Muhammad II siguió los pasos de su padre. Fue el hijo de éste, Hasan III, quien puso fin a la herejía tras la muerte de Muhammad II, en 1210. Además, Los nizaríes seguirán en adelante los rituales suníes y no los chiíes.
El declive
El poder nizarí desapareció al tener que enfrentarse a dos enemigos muy poderosos. De un lado, la dinastía de los mamelucos, que había sucedido en Egipto al Sultanato Ayubí, y cuyos ejércitos, dirigidos por el sultán Baibars, tomaron el último baluarte nizarí en Siria en 1273. En Irán, tras el reinado insignificante y violento de Muhammad III, que dura hasta 1255, su hijo Jur Shah debe enfrentarse con el avance de las tropas mongolas dirigidas por Hulagu Jan, nieto de Gengis Khan, dispuesto a arrasar Oriente Medio.
Los mongoles conseguirán asediar y destruir una a una todas las fortificaciones nizaríes, incluida Alamut, que quedó reducida a los cimientos, desapareciendo con ella su gran biblioteca. Jur Shah morirá camino de Mongolia, y de su familia sólo sobrevivirá uno de sus hijos, al parecer ocultado a tiempo para preservar la sucesión. Muchos nizaríes fueron masacrados.
Se sabe poco de la historia de los nizaríes tras este periodo de destrucción y masacre. Los restos de la comunidad se dispersaron en grupos aislados y sobrevivieron discretamente, amenazados y débiles ante los musulmanes ortodoxos.
El renacimiento
En el siglo XV hay un cierto resurgir de la secta: desde la ciudad iraní de Anjudan se retoman las predicaciones y se envían misioneros a la India y Asia Central. La predicación consigue realizar gran cantidad de conversiones. En India, los nuevos nizaríes se llamarán Khodjas o Joyas.
En el siglo XIX, el lejano descendiente de aquel hijo de Jur Shah salvado de la persecución mongola, Hasan Ali Shah, que es el imán número 46 de los nizaríes, recibe del sah de Irán Fath Ali el título de Aga Khan. En 1848 se instalará en Bombay, desde donde emprende la reorganización de la comunidad ismailí. Las autoridades británicas que gobiernan el subcontinente obligarán a los joyas a reconocer la autoridad del Aga Jan, lo que hicieron hasta la independencia de la India. Hoy en día, el heredero de los imanes nizaríes, y jefe del ismailismo, es Shah Karim al-Husayn, conocido como Karim Aga Jan, el cuarto en llevar este título.
Curiosidades
En el juego Broken Sword: La leyenda de los templarios, de Virgin Interactive, los hashshashiyyín juegan un papel importante como los rivales históricos de los Templarios y como los actuales enemigos de los Neotemplarios.
La novela de Umberto Eco, El Péndulo de Foucault, hace varias referencias a las posibles relaciones de los Asesinos con los Caballeros Templarios durante las cruzadas.
En la novela de Kay Meyer, El Libro del Eden, se entreteje la historia principal con el origen de los Nizaríes, El Jardín del Edén desapareció a causa de los pecados de los hombres, pero una única planta consiguió sobrevivir: la Lumina. En el año 1247, una novicia llamada Favola será la encargada de custodiar a la planta y transportarla hasta Oriente para replantar el Jardín y recuperar el paraíso perdido. Seran los descendientes Nizaríes quienes intenten impedir que la Lumina sobreviva.
En el juego de rol Vampiro: La Mascarada, uno de los clanes vampíricos son los Assamitas, cuyo origen parece ser los Nizaríes.
Literatura
Bartol, Vladimir (2007). Alamut, North Atlantic Books. ISBN 978-1-55643-681-9.
Berling, Peter (2003). Los Hijos del Grial, Barcelona: Best Seller DeBolsillo. ISBN 978-84-9793-013-0.
Berling, Peter (2007). A la sombra de las dagas, El paraiso, Editorial Planeta. ISBN 84-08-07511-X.
Hace casi mil años ya existían fedayines dispuestos a inmolarse. Eran los hashashins, que literalmente significa “los consumidores de hachís”, una secta chií que durante siglos sembró el terror en todo el mundo islámico.
Desde su inexpugnable fortaleza de Alamut, El Nido de Águilas, en una inaccesible zona montañosa del norte de Irán, esta secta instauró un imperio basado en el miedo, y sus hazañas traspasaron fronteras. El mito llegó a Occidente, y el término hashashin –vocablo del que deriva la palabra asesino– terminó siendo utilizado genéricamente como sinónimo de homicida. Aunque se autodenominaban nizaríes, los hashashins han pasado a la Historia por el apelativo despectivo que les dieron sus enemigos al conocer el uso que hacían de la planta cannabis sativa. Utilizaban el hachís para mostrar a sus posibles nuevos acólitos el aspecto del paraíso tras la autoinmolación. El método para hacerlo era sencillo, algo tosco, pero indudablemente imaginativo.
Los rituales de iniciación
Los candidatos a entrar en la férrea orden de los hashashin eran drogados hasta perder la consciencia. Después, eran trasladados a uno de los patios interiores de la fortaleza de Alamut, donde la escenografía ya estaba lista. Al despertar, se encontraban rodeados de bellas mujeres dispuestas a satisfacer sus deseos.
Después de disfrutar unas horas del supuesto paraíso, los iniciados volvían a ser drogados y devueltos a la cruda realidad: debían obedecer ciegamente los dictados del Viejo de la Montaña, de Hasán i-Sabbat, el carismático líder de los hashashins –curiosa mezcla de místico, militar, teólogo e intelectual– que manejaba los hilos de la secta a su antojo. Tras mostrarles las mieles del paraíso prometido más allá de la muerte, el sacrificio se convertía en un mero trámite sin importancia que la mayoría estaba dispuesta a cumplimentar.
Con los hashashins es complicado diferenciar mito y realidad, fundamentalmente porque toda la documentación referente a la secta se perdió cuando los mongoles decidieron, en el año 1256, no dejar de Alamut ni los cimientos. Cientos de documentos se perdieron en la quema de su legendaria biblioteca. Lo que hoy conocemos procede de fuentes indirectas, a menudo de sus propios enemigos o de viajeros con la imaginación desbocada, como Marco Polo.
Asesinos suicidas
Lo que sí parece cierto es que desde el siglo X hasta el XII desarrollaron una estrategia de asesinatos selectivos contra grandes líderes suníes –políticos y militares fundamentalmente sirios, persas y otomanos– milimétricamente orquestada. Su forma de actuar era sencilla... y aterradora. Con tiempo y paciencia, se infiltraban en las filas enemigas y poco a poco lograban el acceso a la víctima. En el momento propicio, le asesinaban con una daga envenenada, a plena luz del día, ante el mayor número de personas posible. Era su forma de demostrar su poder y la capacidad de llegar a los hombres más poderosos del momento. Era un ataque suicida, ya que el hashashin era casi siempre capturado y ajusticiado de inmediato.
La leyenda también cuenta que, al más puro estilo siciliano, antes del atentado avisaban a sus víctimas de que su final estaba cerca. Pero en vez de utilizar las engorrosas cabezas de caballo usaban panecillos calientes que depositaban en los aposentos más privados del futuro difunto. Una forma sutil, pero efectiva, de aterrorizar a la víctima y hacerle saber que en cualquier momento podían llegar hasta él.
Aunque nunca fueron más de 50.000 en total, todos los ataques a Alamut organizados por diferentes dinastías sunitas a lo largo del siglo XI –su época de esplendor– fracasaron. Sólo el nieto de Genghis Khan, ya en el siglo XIII, al mando de sus tropas mongolas pudo acabar con los hashashin... pero no con su leyenda
En el momento propicio, le asesinaban con una daga envenenada, a plena luz del día, ante el mayor número de personas posible. Era su forma de demostrar su poder y la capacidad de llegar a los hombres más poderosos del momento. Era un ataque suicida, ya que el hashashin era casi siempre capturado y ajusticiado de inmediato.
El exorcista es una película de terror de 1973 dirigida por William Friedkin con un guión basado en la novela homónima de William Peter Blatty y se estreno en 1973.
Ambientada en Estados Unidos de principios de los años 70, relata el exorcismo al que es sometida una inocente niña tras ser poseída por el Diablo.
La pelicula fue nominada a 10 oscars y se llevo solo 2 (guion y sonido)
La Historia Real
El 20 de agosto de 1949, William Peter Blatty, un estudiante de la Universidad de Georgetown publicó un impactante artículo en el Washington Post. Dicho artículo hacía una breve reseña de un supuesto caso de posesión demoníaca ocurrido en Mount Rainer, Maryland. El poseído era un chico de 14 años llamado Robbie Mannheim.
Robbie era un niño normal que vivía con su familia en Bunker Hill Road, en Mount Rainer, según Thomas B. Allen, autor del libro Possessed publicado en 1993. Robbie tenía una excelente relación con su tía que era médium y que juntos realizaron regularmente sesiones de Ouija para entrar en contacto con espíritus. El 15 de enero de 1949 empezaron a producirse fenómenos extraños sin causa aparente. Se empezaron a escuchar misteriosos pasos y rasguños en las paredes que darían algún que otro sobresalto a la familia, pero esto sólo era el principio. Once días más tarde, la tía de Robbie muere de manera inesperada en St. Louis, y Robbie intenta inmediatamente entrar en contacto con ella a través de la Ouija.
Semanas después en la habitación de Robbie se empezaron a escuchar fuertes ruidos, el chico empezaba a mostrar comportamientos muy extraños. La familia no tardó en consultar con un médico y un psiquiatra lo ocurrido, pero Robbie no mostraba tener ninguna enfermedad mental y se encontraba bien físicamente.
El jueves 17 de febrero Robbie pasó la tarde en casa del reverendo Luther Miles Schulze, después de ver esa misma noche lo que ocurría, no dudó en recomendar a la familia que acudiese a un sacerdote católico. El reverendo pudo ver esa misma noche como la cama donde dormía Robbie se movía violentamente de forma inexplicable.
Entre el 27 de febrero y bajo la supervisión del padre Hughes, Robbie experimentó un primer intento de exorcismo en el hospital de Georgetown, donde éste atacó brutalmente al padre Hughes; se liberó de las ataduras y con un muelle que arrancó del colchón comenzó a golpear violentamente al sacerdote provocando varías heridas en su brazo.
Pero las manifestaciones no terminaron ahí, sobre el cuerpo del muchacho empezaron a aparecer cortes aleatorios y de su piel surgían palabras con letras de sangre como sábado,Louis y odio. Mientras esto sucedía, el obispo de Raymond y el padre William Bowdern investigaban la autenticidad de la posesión demoníaca, mientras según la familia Mannheim la presencia demoníaca que habitaba en el cuerpo de su hijo era la tía de Robbie.
Finalmente el miércoles 16 de marzo, el padre Bowdern realizó un exorcismo en el hogar del tío de Robbie en St. Louis. Durante el ritual aparecían cardenales y señales con las palabras infierno y rencor. Robbie también escupía en las caras de los presentes, realizaba movimientos obscenos, insultaba a los sacerdotes e intentaba llamar su atención constantemente con provocaciones sobre relaciones sexuales entre curas y monjas. Incluso en algunas ocasiones pronunció frases en latín, una lengua que desconocía y que nunca había estudiado.
Robbie regresó a su ciudad natal donde lo internaron en una residencia mental segura para él; fue en este lugar donde el domingo de pascua se realizó un nuevo exorcismo y donde posiblemente se produjeron los hechos más brutales. Durante el ritual la palabra “salida” apareció en el pecho del niño acompañado de una flecha señalando hacía abajo, concretamente a su pene. Después, según el obispo, Robbie hablaría con la voz del mismísimo diablo. El aspecto físico del niño se había convertido en siniestro y la temperatura ambiente de la habitación caía bruscamente.
El 18 de abril a las 11pm, se realizaba un trigésimo intento de exorcismo, Robbie se revolcaba y gritaba, “¡Satán!”, “¡Satán!”. Soy Michael, y ordeno a Satán y a los otros espíritus malignos, que dejen este cuerpo, en el nombre de Dominus. ¡Inmediatamente!, ¡Ahora!, ¡Ahoraaa!,¡Ahorraaa!.
La reacción de Robbie hacía éstas palabras, fue violenta, sus espasmos aumentaron drásticamente hasta que de pronto se tranquilizó de repente. Elevó la mirada hacia los sacerdotes y dijo: “Se ha ido”.
Este impresionante caso de posesión interesó a William Peter Blatty, que le hizo replantearse su vocación de sacerdocio, esta historia podría probar que existen los espíritus malignos y demonios, así pues, también cabía la posibilidad de la existencia de los ángeles.
Veinte años habían pasado y William Peter Blatty era un célebre escritor de comedia. A finales de los 60, la comedia había decaído y entonces recordó el caso de 1949 y decidió escribir algo sobre el exorcismo de Maryland. Su primer paso era contactar con el envejecido padre Bowdern; para pedirle ayuda y así fue. Pero la familia de Robbie no quiso que aquel libro se publicara, sólo querían olvidar.
Pero Blatty no se dio por vencido y no abandonó la idea. Por fin decidió escribir una historia ficticia basada en el exorcismo de Maryland. Años más tarde y después de muchas investigaciones empezó a escribir las primeras páginas de “El Exorcista”. Para separar la historia real de Robbie, él hizo que el protagonista del libro fuese una niña de 12 años.
Rosa Gonzalvez, la exorcista de almansa
Advertencia: La historia que se relata a continuación es de una violencia y brutalidad extema. Tanto más triste por tratarse de hechos reales.
El 18 de septiembre se cumplíra el veinteavo aniversario del caso más terrible y dramático acontecido en la historia criminal del ocultismo español. El pasado 18 de septiembre Rosa Fernández Gonzálvez debería ser una joven de 23 años, sonriente y feliz, pero solo es una pagina negra, la más negra, del fanatismo homicida por causas esotéricas…
Resulta difícil imaginar un crimen más brutal, inútil y absurdo que el de Rosa Fernández Gonzálvez. Esta inocente niña de 11 años fue asesinada de la forma más brutal y salvaje que podamos imaginar por su propia madre. La prensa, como siempre, confundió el tocino con la velocidad exprimiendo titulares como "Crímen satánico en Almansa". Muy al contrario, el terrible asesinato de Rosa no se produjo en un ritual satánico, sino en nombre de Dios. Los hechos se produjeron con todo su dramatismo en la madrugada del martes 18 de septiembre de 1990, en el pueblo albaceteño de Almansa.
Almansa es un pueblo rico en curanderos y espiritistas. Docenas de consultorios espiritistas que profesan gran fervor a la imagen de Santa Lucía atiborran el pueblo. En una conversación con el Excmo. Alcalde de Almansa recuerdo que me manifestaba su molestia ante la invasión esotérica, porque todo el mundo sabe que lo importante de Almansa es su industria del calzado. Rosa Gonzálvez Fito, nacida el 5 de enero de 1954, era una de las más prestigiosas sanadoras espiritistas de Almansa.
Iniciada en el espiritismo por Enrique "El de Villena", un ex-empleado de una fábrica de zapatos que dejó su trabajo para dedicarse a la curación, Rosa Gonzálvez, "Hermana de la luz", "miradora" o "sanadora", atendía diariamente a multitud de enfermos. Su especialidad, la imposición de manos. Los ingresos de esta curandera eran tan sustanciosos que su marido, Jesús Fernández Pina, nacido el 24 de junio de 1947, pudo permitirse el abandonar su trabajo de zapatero para hacer de secretario de su mujer.
La triste protagonista de esta historia fue Rosa Fernández Gonzálvez, única hija del matrimonio, nacida en Albacete el 22 de abril de 1979. El periodista del diario "La Tribuna" de Almansa y buen amigo, Luis Bonete, realizó un meticuloso seguimiento del caso desde el primer momento. A él se deben las imágenes televisadas en todos los canales, así como las fotografías tomadas durante la detención de las implicadas en este absurdo infanticidio. A su profundísima investigación se deben muchos de los datos desconocidos por el gran público sobre este patético caso.
Los dramáticos sucesos que desencadenaron la tragedia del 18 de septiembre comenzaron en realidad tres dias antes, el sábado 15 de septiembre, cuando R. Gonzálvez, María de los Angeles Rodríguez Espinilla y su hermana Mercedes salen juntas a cenar. Mercedes había llegado dos dias antes a Almansa, procedente de Valladolid, con la intención de pasar unos dias con su hermana.
Al día siguiente, a eso de las 15:30, Rosa Gonzálvez telefoneaba a María de los Angeles, que se traslada inmediatamnte a casa de la curandera. Durante toda la tarde intenta exorcizar del cuerpo de María de los Angeles el espíritu de su marido, Martín, que supuestamente la poseía y "le estaba haciendo mucho daño". Además de hacerlo con ella, también intentaba exorcizar a los hijos de su amiga quienes, supuestamente, portaban el mal. Para ello, les metía los dedos en la boca, produciéndoles grandes arcadas para que "echaran el pato que tenían dentro".
Sobre las 23:00, Martín, esposo de María de los Angeles, se presentaba en casa de Rosa con la intención de llevarse a su familia. Consigue llevarse a sus hijos, pero no a su mujer. Al día siguiente, lunes 17, volvió a casa de la curandera para intentar llevarse a su esposa.
En la mañana del lunes se encuentran reunidos en el número 89 de la calle de La Rosa, en Almansa, Rosa Gonzálvez, su marido, María de los Angeles, su hermana Mercedes, Josefa y Ana María Gonzálvez, cuñada y hermana de la curandera a quien Jesús Fernández había llamado al encontrar a su esposa como loca.
Todo el grupo se traslada al dormitorio del matrimonio, donde se inician una serie de ritos extraños con objeto de expulsar a los espíritus. La violencia histérica de la curandera se entremezcla con advocaciones religiosas, rituales mágicos, imágenes de Santa Lucía, etc.
Tras una agotadora sesión, a media tarde María Angeles y Rosa parecen calmarse. María Angeles asegura que la curandera le ha salvado la vida, a lo que ésta responde: "Yo no soy Rosa, soy un extraterrestre de otro planeta...". Tras la sesión, Josefa, Ana Gonzálvez y Mercedes Rodríguez abandonan la casa, encerrándose María de los Angeles y Rosa en el dormitorio del matrimonio. Pero casi a media noche, Mercedes vuelve a casa de la sanadora, y ahí se inicia la recta final de este drama.
El periodista Luis Bonete reconstruye exactamente todo lo que ocurrió en la casa del matrimonio Fernández/ Gonzálvez aquellla noche:
“En la madrugada del día 18, Jesús entra en el dormitorio y sorprende a su mujer totalmente desnuda, con las hermanas Rodríguez. Las tres estaban cubiertas de excrementos y bilis. Tiempo antes, se había desarrollado otro ataque de histeria exorcista en la habitación. A golpes, obligan a Jesús a que limpie la habitación y a que despierte a Rosi, hija del matrimonio, que ya estaba acostada en su habitación. El padre conduce a la pequeña a la habitación, donde es desnudada y metida en la cama. Pero poco tiempo podrá dormir la pequeña, ya que un rato después es despertada por su madre y obligada a tumbarse en el frío suelo. Lógicamente, la niña comienza a tiritar. En ese instante, dice Mercedes: "Si vais a quitar el mal, hacedlo ya, porque la niña no se encuentra bien"
Rosa, ebria de superstición, exclamó "¡Maldita sea! El mal está dentro de ti". La curandera y María de los Angeles atacaron a Mercedes dándole patadas en la vagina y metiéndole los dedos en la boca hasta hacerla sangrar. Al ver la sangre, la curandera interpretó que el mal ya había salido, dirigiéndose entonces hacia su hija, y comenzando a golpearla, asegurando que era ella ahora la poseída por el espíritu de Martín. Al escuchar los lloros de Rosi, su padre, que había sido expulsado de la habitación, entró nuevamente con la intención de rescatar a su hija... Ojalá lo hubiera hecho, porque aquella fue su última oportunidad de salvar la vida de la pequeña de la superstición homicida de las espiritistas.
Las tres mujeres atacaron con feroz violencia a Jesús, que nuevamente fue expulsado del dormitorio, saliendo además de la casa en busca de ayuda. Ese momento es aprovechado por las tres mujeres, que se trasladan con Rosi al dormitorio de la pequeña. Tras atrancar la puerta con una de las camas y la cómoda del dormitorio, acuestan a la pequeña en la cama restante, reiniciando sus rezos, jaculatorias y exorcismos.
A las 6:00, regresa Jesús con Ana María, hermana de la sanadora, pero no pueden entrar en el dormitorio, quedándose al lado de la puerta hasta las 9:00. Dentro de la habitación, Rosa y las hermanas Rodríguez destrozan todos los muebles, se revuelcan por el suelo, gritan, caminan descalzas sobre clavos y cristales, se orinan... el espectáculo debío ser estremecedor para la niña, que, aterrada, vivía los últimos instantes de su corta existencia. Mientras, en su locura exorcista, Rosa echaba colonia encima de María de los Angeles. Esta tuvo la fatal ocurrencia de decir que notaba que le venía el mal "por abajo"; que estaba entrándole un "aborto del Diablo". En ese momento, la curandera colocó una toalla en la vagina de Angeles y comenzó a golpearla en el vientre. Al retirar la toalla llena de sangre, encontraron la prueba que necesitaban para confirmar sus sospechas sobre el "aborto del Diablo". Posteriormente, se averiguó que ésta tenía la menstruación ese día...
Ante ese hecho, Rosa se vuelve hacia su hija y le dice: "Estas embarazada por el Diablo". Era el principio del fin de este drama.
Las tres enajenadas se precipitan sobre la niña y, mientras las dos hermanas la sujetan, Rosa le abre las piernas y le introduce sus manos en la vagina. Primero un dedo, luego dos; por fin, toda la mano de la curandera se introduce en la pequeña cavidad, rasgando la carne infantil a su paso.
Rosi grita, patalea, se revuelve destrozada por el dolor, pero su madre no se detiene. La vagina está desgarrada; ya son dos manos las que arrasan el interior de la niña. Minutos de dolor indescriptible. La curandera arranca los ovarios, los intestinos, la vagina..."Gloria al Espíritu Santo, gloria a Jesús, ¡Sal cabrón!" increpaba la sanadora mientras hurgaba con las uñas en las vísceras de su hija.
En el nombre de Cristo, la curandera destrozaba, desgarraba, destruía, devastaba las entrañas de su hija con las manos. Durante unos minutos interminables, Rosi, con sólo 11 años, sufrió lo que ninguna narración puede describir. Por fin, la masiva pérdida de sangre produjo un piadoso shock a la pequeña que le provocó la muerte, cesando así su inenarrable tormento.
Aún después de muerta, y ya con mayor facilidad, Rosa continuó arrancando las vísceras de su hija por la vagina. Y cuando se sintió cansada cambió la posición con María de los angeles que continuó con su tarea mientras exclamaba a cada "demonio" extirpado: "Otro, otro, ¡Esto no se acaba nunca!".
A las 9:00h. de la mañana consiguieron entrar Jesús y su cuñada en la habitación. El espectáculo era dantesco. El padre salió disparado en busca de ayuda, y desde la casa de un vecino, llamó a la policía. Ana Gonzálvez se quedó en el dormitorio. Las tres mujeres se precipitaron contra ella. "Tú eres la clave; necesitamos tus ojos para que la niña reviva". La curandera y sus ayudantes propinaron una brutal paliza a la mujer que estuvo a punto de perder los ojos en el ataque, el cual le produciría una contusión retiniana en ambos.
Cuando comenzaron a ser conscientes de la monstruosidad que habían hecho, Rosa y Angeles intentaron darse a la fuga, siendo detenidas por la policía: Rosa, en un bar cercano, y María de los Angeles, en un vehículo particular que asaltó en la huida. Mercedes fue detenida en el mismo lugar de la masacre.
Cuando en febrero de 1992 la Audiencia Provincial de Albacete dictó sentencia contra las acusadas, las tres mujeres fueron absueltas. Rosa y Maria de los Angeles fueron ingresadas en un psiquiátrico, liberadas de la acusación de asesinato por la eximente de transtorno mental transitorio. Mercedes fue absuelta "por no haber participado activamente en los hechos".
Un absurdo que no merece la pena
A la hora de redactar estas lineas tengo ante mi, sobre la mesa del despacho, las fotos tomadas por Luis Bonete minutos antes de la detención de las asesinas de Rosi. Veo en estas imágenes la habitación revuelta, las estampas de la Virgen y de santos. En una de las fotos, se ven los intestinos de la niña amontonados en un rincón de la habitación, el suelo manchado de sangre... el cadáver de Rosi, el rostro de la niña, con el ojo izquierdo entreabierto y la tez pálida como el papel, que murió de una forma tan brutal a causa de la ignorancia, la superstición y las creencias religiosas y esotéricas mal llevadas y peor entendidas.
Y lo peor de todo es que soy consciente de que estos dramáticos casos no han cesado.¿Quién será el próximo? Poco después de que usted, lector, concluya la lectura de este artículo, en algún lugar del mundo algún ser humano encontrará la muerte de la forma más brutal a causa de la superstición esotérica, de una ignorancia hecha misterio. Y cuando los titulares nos recuerden casos precedentes, volveremos a pensar en Encarnación, en Rosa..., y yo me pregunto ¿de verdad vale la pena este absurdo?. A nosotros nos tocará encontrar la mejor forma de combatir esa brutal ignorancia esotérica que pudo llevar a una madre a arrancar las vísceras de su propia hija en el nombre de Cristo, los extraterrestres o los "Hermanos de la Luz"...
Última edición por Wodux el Lun 13 Sep 2010 - 18:23, editado 1 vez
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