Nuevo Hilo donde tratar todo tipo de misterios sin resolver,lugares inimaginables de nuestro mundo y personas de interes.
Lo primero es El efecto Carrigton,que era el post original y copiare el de la Condesa Elizaeth Bathory - La Condesa Sangrienta en este post para que esten juntos,despues añadire algun tema mas.
Proxiomos Temas:
- El Geiser Fly de Nevada
- Pamukkale Turquia
- La Piscina de Champagne
PD:De pendiendo del exito en el foro seguire o no.
2012 - El Efecto Carrington - Volver a la edad de piedra
A finales del verano de 1859, el astrónomo Richard Carrington se encontraba estudiando unas manchas solares, en su observatorio privado. En ese momento, según su propio relato, sucedió un hecho sin precedentes: las manchas solares se convirtieron en una inmensa bola de fuego que sobresalía en la superficie del Sol. El astrónomo, consciente de que estaba asistiendo a un suceso realmente notable, corrió a buscar a un testigo. Por desgracia, cuando regresó al observatorio la mancha incandescente casi había desaparecido. Unos minutos después, un torbellino de plasma chocaba contra el campo magnético de la Tierra, lo que provocaría en los días sucesivos auroras boreales, con la peculiaridad de que pudieron observarse en latitudes nunca vistas y de que eran tan luminosas como para permitir leer un libro en plena noche, según narra la prensa de la época.
Lo que Carrington vio fue una gran tormenta solar, la más potente registrada en la historia. Fue la interacción más violenta jamás registrada entre la actividad solar y laTierra. El Sol emitió una inmensa llamarada, con una área de fulguración asociada que durante un minuto (aprox.) emitió el doble de energía de la que es habitual. Sólo diecisiete horas y cuarenta minutos después, la eyección llegó a la Tierra con partículas de carga magnética muy intensa. El campo magnético terrestre se deformó completamente y esto permitió la entrada de partículas solares hasta la alta atmósfera, dónde provocaron las auroras boreales nombradas antes. Pero esta no fue la única consecuencia (aun que si la única bonita), pues el la tormenta solar hizo que todas las líneas de telégrafo (inventado 16 años antes) de Norte América y Europa sufrieran cortocircuitos y hubiera numerosos incendios por ello. Pero vamos a lo que importa: en aquel entonces la sociedad del primer mundo no era tan dependiente de la electricidad como lo es ahora. ¿Qué sería de nosotros en la actualidad si volviera a ocurrir un fenómeno similar?
Según un estudio de la NASA http://books.nap.edu/openbook.php?r...&page=R1 las partículas procedentes del Sol inhabilitarían temporalmente la radio y el GPS, provocando bastantes accidentes aéreos. Pero este no es (ni por asomo) lo más grave. La variación brusca del campo magnético de la Tierra tiene un curioso efecto: toda la red eléctrica se conviertre en un gigantesco generador, lo que a su vez ha provocado la fusión del núcleo de los trasformadores. Esta avería es imposible de reparar, hay que cambiar los transformadores. Pero aquí viene el verdadero problema: se han fundido la mayoría de los trasformadores del planeta y sólo hay un pequeño número en reserva. Habrá que construir transformadores nuevos. Y aquí viene el segundo problema: es evidente que es imposible fabricar un tranformador eléctrico si no hay corriente eléctrica en ningún sitio para utilizar las herramientas necesarias. La luz no va a volver en bastante tiempo. El mismo estudio asegura que la ciclicidad de estos eventos es de unos 500 años.¿Os imagináis por un segundo lo que ocurrirá en la sociedad moderna si se queda sin electricidad? Vamos a intentar hacer una aproximación:
La cosa empezaría posiblemente un día de primavera o de otoño, digamos, cerca del anochecer. Las luces de las auroras boreales (o australes) nos dejarían maravillados y saldríamos a la calle a contemplarlas. De repente –ping- se va la luz. Improvisamos una cena a la luz de las velas, todavía encandilados con la belleza del meteoro.
A la mañana siguiente, el suministro eléctrico no se ha restablecido. Hay pocas noticias. La tele no funciona y la radio (de pilas) hace unos ruidos extraños. Por inercia nos empeñamos en ir a trabajar o a clase, lo que no resulta ser una buena idea: los semáforos están apagados y hay un atasco de narices. De todas maneras, sin luz, ni teléfono ni ordenadores, tampoco hay gran cosa que hacer ¿verdad?
Regresamos a nuestra casa (atasco de nuevo) y la situación empieza a resultar irritante. Los alimentos de la nevera y el congelador están empezando a estropearse. Y seguimos sin noticias. Las auroras boreales siguen ahí, pero ya no nos parecen tan bonitas ¿eh? Se ven algunas columnas de humo negro en el horizonte; corren de rumores de que varios aviones se estrellaron la noche pasada pero como no hay noticias... Nos las arreglamos para preparar la comida utilizando un aparato de camping-gas.
Al día siguiente, los nervios están a flor de piel. Para colmo de males, tampoco hay agua. Sin electricidad, las estaciones de bombeo no funcionan y cuando se acaban los depósitos locales no pueden rellenarse. No podemos ducharnos, ni lavar la ropa y…¿qué vamos a beber? La psicosis comienza a cundir entre la población, que intenta abastecerse de vívieres y demás. Decidimos ir al centro de la ciudad a ver si nos enteramos de algo, pero el depósito del coche está casi vacío. Al llegar a la gasolinera nos llevamos otro disgusto: se les ha acabado el combustible y tampoco llegan los camiones cisterna.
Una pregunta recorre las mentes de todos: ¿Qué está pasando?
Cierto, los hospitales y algunos edificios importantes disponen de generadores eléctricos y pueden seguir operando (bajo mínimo) durante unas 72 horas. Pasado este tiempo ¡adiós medicina moderna! Tampoco es posible mantener el suministro de alimentos o medicinas en las grandes ciudades. Las personas dependientes de medicamentos (p.e. insulina) serán los primeros en tener un verdadero problema. Al cabo de tres días una marea individuos asustados y confundidos sale de las ciudades como una mancha de aceite en busca de bebida y comida.
Paradójicamente, los efectos serían mucho peores en países desarrollados situados en latitudes altas y comparativamente leves en sitios como Sudán o Nueva Guinea, donde miles de personas viven sin suministro eléctrico.
Es cierto que no estamos preparados para un hecho así ¿Y cómo íbamos a estarlo? Es muy difícil que los gobiernos o las empresas estén dispuestos a prevenir una catástrofe que probablemente no ocurra en los próximos años y contra la que costaría prepararse unos cuantos billoncejos.
¿Creéis que este relato se aproxima bastante a lo que ocurriría?
¿Cundiría el pánico y se desataría la histeria?
¿La sociedad reaccionaría cabalmente?
¿Sera otra mierda como el efecto 2000
Elizaeth Bathory - La Condesa Sangrienta
Los hechos y personajes de las leyendas populares parecen ser a veces detalles distorsionados de sucesos reales, la obra de campesinos simples. Sin embargo la historia muestra qué pálidos resultan los relatos sobre vampiros si echamos una mirada sobre la vida de Elizabeth Bathory, la condesa sangrienta.
La Infancia de Elizabeth
Gabrielle Erzsebet Bathory-Nadasdy; más conocida como Madame Bathory es una de las figuras más tenebrosas y enigmáticas de la historia. Nace nada menos que en Transilvania en 1560 en el seno de una de las más poderosas y ricas familias del país. Entre sus parientes había un cardenal, y un príncipe de Transilvania. Su primo, el conde Thurzo fue primer ministro de Hungría, y hasta el rey Esteban de Polonia se contaba entre sus familiares. Pero entre la religión y los asuntos de estado , la familia tenía otros intereses; un tío era hechicero, una tía lesbiana; y un hermano célebre por sus conquistas amorosas, las cuales lograba a menudo a través de la fuerza.
Se dice que a los 4 o 5 años de edad la pequeña Elizabeth sufrió de violentos temblores y convulsiones. A los once años fue prometida al conde Ferencz Nadasdy, y enviada a pasar unas temporadas con su nueva familia. A los trece queda embarazada de un sirviente. El muchacho fue castrado y lanzado a los perros, y Elizabeth fue enviada a un remoto castillo familiar para que pariera. Se hizo desaparecer al bebé.
El Inicio del Horror
A diferencia de la mayoría de la gente de su tiempo, Elizabeth poseía una inteligencia notable; hablaba perfectamente el húngaro, el latín y el alemán. Su cultura era extensa y sus modales impecables. Se piensa que ya en esa época el marido y la familia de Elizabeth conocían sus inclinaciones sádicas, pero estas actitudes no eran extrañas en la aristocracia, por lo que nadie consideró el asunto como relevante.
El 8 de mayo de 1575, a los 15 años se casa con el conde, quien tenía 26. Se mudaron al majestuoso castillo Csejthe en la región de Nyira, en el noroeste de Hungría. La pareja se veía en raras ocasiones debido a las actividades guerreras de Ferencz, conocido como el "guerrero negro". Diez años pasaron hasta que Elizabeth tuvo a su primera hija, Ana; luego vinieron Úrsula y Katherina, y finalmente su único hijo varón, Pàl. El 4 de enero de 1604 muere su marido, dejándola viuda a los 44 años. Cómo primera medida la condesa despide a su odiada suegra del castillo, y encierra en los sótanos a las protegidas de la anciana.
Durante su matrimonio, Elizabeth había trabado amistad con un sirviente, un tal Thorko, quien la inició en las practicas de la nigromancia. Ayudada por el sirviente y por su vieja niñera Ilona Joo, Elizabeth comenzó a torturar a algunas criadas del castillo. Luego se agregaron otros cómplices: Johannes Ujvary, y dos brujas llamadas Dorotea Szentes y Dárvula.
Por esa época comienzan los rumores en los pueblos cercanos de que algo siniestro ocurría en el castillo. Espíritus sencillos hablaban de magia negra y oscuros rituales; otros, menos exaltados, meneaban la cabeza y afirmaban que la extraña obsesión de la condesa por su belleza era un simple acto de vanidad.
Bautismo de Sangre
Un día una de sus criadas le tiró de los cabellos accidentalmente mientras la peinaba. Elizabeth la abofeteó fuerte, tan fuerte que se salpicó la mano con la sangre de la pobre criada. De inmediato, a Elizabeth le pareció que su piel en esa zona obtenía la frescura de su joven criada. Allí despertó el monstruo. Inmediatamente llamó a Johannes y a Thorko; desnudaron a la muchacha, le cortaron la garganta pronunciando diabólicas letanías y la desangraron en una tina. Ese día Elizabeth se dio su primer baño en sangre humana.
Entre 1604 y 1610, los oscuros agentes de Elizabeth se dedicaron a proveerle de mujeres entre 9 y 16 años para sus sangrientos rituales. En un intento desesperado por mantener las apariencias la condesa convenció al pastor local para que a las desafortunadas se les diese funerales y entierros respetables. Cuando la cifra de muertes creció alarmantemente, el párroco comenzó a manifestar sus dudas. Elizabeth tuvo que empezar a enterrar a sus víctimas en los jardines del castillo al amparo de la noche. Algunos dicen que fue el párroco quien la denunció oficialmente ante el rey Matías a través de la curia clerical.
Las Torturas
En esa época la condesa tomó la costumbre de quemar los genitales de las sirvientas con velas, carbones y hierros al rojo por pura y demencial diversión. También generalizó su práctica de beber sangre directamente mediante mordiscos en las mejillas, los hombros y los senos. Azotaba a las desafortunadas y no en la espalda, como era la costumbre, sino en los pechos; de esta manera podía ver los rostros aterrorizados y presos del dolor. En su obsesión creía que la sangre la mantendría siempre bella.
Según el testimonio de un testigo que acompañó al conde Thurzó al castillo de Madame Bathory, lo primero que vieron fue una joven en el cepo del patio, en un estado que lindaba con la muerte debido a los golpes que le habían fracturado los huesos de la cadera. En el interior del castillo encontraron a una muchacha desangrada en el salón; y otra que agonizaba con su cuerpo agujereado. En las mazmorras descubrieron a una docena de jóvenes más, algunas de las cuales habían sido cortadas y perforadas. Se exhumaron 50 cuerpos. Todo el castillo estaba cubierto de manchas de sangre seca; cada corredor, cada salón, despedía el fétido hedor de la muerte y la putrefacción. Por el diario de Elizabeth, quien con metódica crueldad anotaba cada una de sus diversiones, sabemos que el número de sus víctimas es de al menos 612 personas.
Las torturas eran acompañadas de violentas orgías, los gritos de dolor se mezclaban con el paroxismo erótico de la condesa y sus agentes. Bebían la sangre mientras todavía manaba tibia de las heridas de las jóvenes.
En 1609, por falta de criadas en la zona a causa de semejante masacre, Elizabeth cometió el error que finalmente acabaría con ella: comenzó a tomar niñas de buena familia con el pretexto de educarlas. La última víctima conocida fue una niña de 12 años llamada Pola, y su asesinato fue particularmente cruel, incluso hablando de la Condesa Sangrienta. Se desvistió a la joven y la encerraron en una especie de jaula. Esta particular jaula estaba construida en forma de esfera, demasiada estrecha para sentarse y muy baja para estar de pie. En el interior estaba cubierta de hojas de un pulgar de largo; y sobre esta macabra celda Elizabeth y sus secuaces realizaron una interminable orgía, sacudiendo la jaula y provocando la tortuosa muerte de la muchacha debido a los profundos cortes.
En 1612 se inició el proceso, Elizabeth se amparó en sus derechos nobiliarios. Quienes sí comparecieron ante la ley, por la fuerza, fueron los siniestros colaboradores. El juicio se centró en las muertes de las jóvenes aristocráticas. Las jóvenes pobres carecían de importancia.
Salvo las brujas, todos los compañeros de Elizabeth fueron torturados y quemados en la hoguera. Katarina Beneczky, que con catorce años era la más joven de las ayudantes de la condesa, salvó su vida a expreso pedido de una de las sobrevivientes. A las hechiceras extrañamente sólo se les arrancó las uñas, por haberlas empapado en sangre cristiana.
La Condesa Sangrienta nunca fue declarada culpable, aunque si se la encerró en el castillo. El cuarto que le servía de prisión fue tapiado con ladrillos, se dejó sólo una rendija para pasarle los alimentos.
El Final
El 31 de julio de 1614, Elizabeth Bathory dejó su testamento. El 21 de agosto de ese año uno de los carceleros la vio tirada boca abajo en su celda, se derribó la pared y se comprobó que estaba muerta. Así dejaba este mundo a los 54 años la condesa sangrienta.
Elizabeth Bathory cometió toda clase de excesos en una absurda batalla en contra del tiempo. Su lucha tenaz y macabra por conservar la fugaz belleza física acabó con centenares de vidas; aunque la ironía del destino nos ha dejado una frase que es por lo menos inquietante:se dice que durante sus funerales, el párroco del pueblo de Eczed, afirmó:
"Es la mujer más hermosa que mis ojos hayan visto".
Última edición por Wodux el Lun 14 Sep 2015 - 12:08, editado 16 veces