Le esperaba en casa con un atrevido escote del que sobresalían sus protuberantes pechos. Pronto empezó el juego erótico entre la pareja, un juego que casi acaba en tragedia, como deseaba Franziska Hansen.
Esta mujer quiso acabar con la vida de su marido asfixiándolo entre sus pechos. Así, durante el juego sexual aprisionó su cabeza contra sus senos y casi consigue su objetivo.
El insólito intento de homicidio ocurrió en un pueblo de Alemania. "No podía respirar más, me puse totalmente azul. Yo no podía liberarme y pensé que me iba a morir", explicó Tim Smith, el esposo, a la prensa.
Franzisca Hansen admitió el intento de homicidio ante la Policía e incluso declaró que "quería que la muerte de Smith fuera lo más agradable posible".
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