Nuestros padres, por mucho que nos quieran, siempre tienen sus momentos hijos de puta con nosotros durante nuestra infancia y adolescencia. Comienzan con eso de “acuéstate que viene el coco” y terminan con aquello de “no comas chocolate ni le des al manubrio que te salen granos” (cosa que además es falsa) para luego obligarte a tomar mucha leche, que en exceso sí que puede causar la aparición de granos y luego no ligas ni pagando. En Japón los padres no se salvan de ser unos hijos de puta integrales. El ejemplo lo tenéis con esta madre, que ante unos niños cansinos que no dejan de dar la lata al no querer irse a dormir, invita a un peculiar demonio al dormitorio para acojonarlos y que se vayan a la cama sin rechistar. Eso sí, al menos es más efectivo que contar un cuento. Por supuesto, esto no sería posible sin el programa japonés de turno. A continuación tenéis el vídeo:
Artículo publicado en Deculture.es: Hijo de puta nivel japonés http://www.deculture.es/2012/11/26/hijo-de-puta-nivel-japones/