Washington.- Un usuario estadounidense de Xbox 360 reclama la desorbitada cantidad de 500.000 millones de dólares (347.000 millones de euros) a Microsoft.
El jugador cambió el contrato que le unía a la compañía por el servicio Xbox Live y ante la no respuesta de Microsoft, asegura que se le debe dicha cantidad.
El 6 de mayo de 2011, David Stebbins, ciudadano de Arkansas, Estados Unidos, envió una notificación a Microsoft en la que informaba de que había «corregido de forma unilateral los términos del servicio» Xbox Live.
Según Stebbins, Microsoft debía haber rechazado este cambio y terminado con el contrato del usuario con Xbox Live en el plazo de 10 días. Al no hacerlo, la compañía habría aceptado los términos del nuevo contrato.
El demandante argumenta que las compañías habitualmente utilizan esta estrategia con los consumidores: si una compañía notifica a un cliente los cambios en los términos del servicio, se asume que el usuario acepta si sigue usando el servicio.
Así, considera que Microsoft aceptó el nuevo contrato el 16 de mayo, 10 días después de que enviara la notificación. Dos días después, el 18 de mayo, presentó una demanda en la que reclama 500.000 millones. Asegura que incluyó una cláusula que establecía que si Microsoft no contestaba en 24 horas, automáticamente ganaría. El gigante de Redmond no quiso comentar esta sorprendente noticia al diario estadounidense Seattle PI.
Para lograr su propósito, el demandante ha elaborado su particular letra pequeña. Envío esos documentos a personal normal de Microsoft y no a ningún departamento legal. «Es bastante posible que esos empleados no comprendieran el significado legal de esos documentos y que debían ser respondidos», ha dicho.
Demandas pendientes
El contrato de Xbox Live explica que Microsoft no pagará cantidades por daños superiores a un mes de cuota de Xbox Live (unos 5 euros, ya que una suscripción anual cuesta 59,95 euros). La compañía no especifica que el usuario no pueda modificar el contrato.
Por otro lado, Stebbins tiene una larga trayectoria de batallas legales. Solo el pasado año presentó 12 demandas a compañías como WalMart, por motivos como que rechazaran contratarles, argumentando que fue una discriminación por sufrir el síndrome de Asperger. Muchas fueron desestimadas y otras permanecen abiertas.
«Sí, he demandado a muchas compañías», ha respondido Stebbins. «¿Y qué tiene que ver? No veo por qué esto significa que mis casos son frívolos».
Fuente: Europa Press