Pajas Club Pamplona
Club privado para hombres que practican la masturbación en Pamplona.
PCP es un club privado de colegas que tiene un único fin: disfrutar de nuestra afición por las pajas entre colegas. Somos pajeros y nos gusta serlo.
Los miembros del club somos gente sana, higiénica, masculina y sin malos rollos. Mayoritariamente somos heterosexuales, aunque no preguntamos ni nos interesa la tendencia sexual de nuestros miembros, porque en este club NO se practica sexo, sólo masturbaciones.
Algunos miembros tienen mujer (o novia), otros hijos... la filosofía de este club es la absoluta discreción. Sólo los miembros de club conocen el club.
¿Un club de pajeros?
Desde que existe Internet, muchos de los que se creían raros, casos únicos o de gustos solitarios, conocieron el placer de reconocerse en otros y de encontrarse. Pero, ¿no era la masturbación una práctica solitaria? Los miembros de clubes como PCP se definen mayoritariamente como heterosexuales y muchas veces no admiten gays.
Una afición entre amigos
Todo cambia: si la palabra pajero siempre fue un insulto, hoy puede ser la contraseña para ingresar a un club, un motivo de orgullo y también algo mucho más concreto (aunque lo de “concretar” suene como una contradicción en términos tratándose de onanismo): es un motivo de encuentro. Cada vez son más los hombres que se asocian con el fin de hacerlo solos, pero en grupo. Nos definimos como “hombres de mente abierta que gozan de los placeres de la masturbación sin ninguna orientación sexual en particular. Formamos grupos virtuales y reales, sólo para pajeros, que quieran compartir experiencias con otros iguales a nosotros”. Cabe preguntarse quiénes son los iguales a nosotros”, la membresía del club está dada por la práctica y no porque seas gay o hétero. Tienés que ser hombre, claro, y por hombre aquí se entiende tener pene, pero no importa la orientación sexual. Claro que estamos hablando de encuentros sexuales, intercambios de placeres. Esto que suena a inclusión también es una paradoja.
¿Quién admite a quién?
Los modos de vivir la sexualidad tanto dentro de la heterosexualidad como de la homosexualidad, al exponerse tan vivamente en Internet, dejan más prácticas en evidencia y obligan a replantear nuestras definiciones. En el año 2012 sin ir más lejos, se dio a conocer el nombre del Campeón Mundial de la Paja 2011-2012. El japonés Masanobu Sato "Nuestro idolo" tiene una novia a la que no le interesa tanto el sexo como a él, y a partir de esto que pudo ser un problema, la pareja ha encontrado un modo de compartir los gustos y disgustos, el chico ha compartido la práctica masturbatoria (dos horas diarias) en un record, ella a su lado trabaja y además le cronometra el tiempo. ¿Se diría que tienen sexo? ¿Cuentan las fantasías que a él lo inspiren en la definición de lo que hacen juntos pero solos? y aventurar entonces que si en la línea de tiempo que viene erosionando las identidades fijas no habrá que agregar la letra P a la lista de las identidades alternativas, y luego, si el abecedario pronto no se nos va a ir quedando corto. Resulta interesante en esta carta de presentación cómo el punto de la “orientación sexual” aparece puesto entre paréntesis, no importa si te gustan los hombres o las mujeres.
Código de Honor
El deseo de ver cómo otro lo hace al mismo tiempo que uno, frente a la webcam, para ser visto en vivo y en directo, hace rato que puede cumplirse en Internet. Pero la fantasía de ser tocado por las manos de otro, también. Nuestro site , recibió más de 1400 visitas en un día, y los blogs que se ocupan de aglutinar aficionados cada vez son más. Estoy orgulloso de mi hobby –hobby que ocupa casi el centro de mi vida– describe la mecánica de estos encuentros: “Ahí reina el respeto. Yo te respeto a ti y tu me respetas a mí, y si sois gay, mientras no te metas conmigo y respetes las reglas, no me interesa”.
Pero ¿Qué es lo que hacemos?
R. un hombre de 35 años, contable, casado y con dos hijas, una de 11 y otra de 7, responde como quien conoce el reglamento de memoria. “Somos un grupo de hombres que nos juntamos por el gusto de la paja, compartimos eso". Nos definimos como gente de mente abierta, nada más. "La mayoría no somos gays.” Se organizan encuentros que hoy se llevan a cabo una o dos veces al mes. “Nos pajeamos “Así aumenta la adrenalina hasta puntos inimaginables.” Ante la pregunta sobre si la novia o esposa sabe acerca de estos encuentros, el contable pone voz de trueno: “No, ¿cómo se te ocurre? Esto es algo privado, funciona como un club, es una agrupación donde nadie le falta el respeto a nadie. Nos juntamos a pajearnos, nada más, y muchos ya somos amigos”.
Sentados en un sillón –sigue R.–, uno pajea al otro y así, o de pie o tumbados.” También hay variantes: está la paja en círculo, cuenta otro miembro, lo cual sirve como disparador de energía extrema, que llega a la cúspide del placer en el momento en que levantan a alguien que se está masturbando y lo tiran para arriba, mientras el elegido sigue sin parar con su trabajo.
Nuestro club marca días "temáticos" y cada día mantiene sus reglas (días "cada uno la suya", días "hoy se puede ayudar al colega", días "circulos"... así los socios eligen qué día les apetece más según la práctica a usar), pero siempre se destaca con mucha vehemencia que no hay penetración ni chupadas. En muy pocas ocasiones, se produjo una escena de sexo oral; pero cuando pasa esto se expulsa del club a estas personas, porque “no somos gays, aunque a muchos les cueste entenderlo, nos gusta hacernos la paja con desconocidos o amigos”.
El target de la gente que integra nuestro club es variado: van de los 20 a los 45 años promedio, también hay hombres casados y chicos con novias;
No se admiten bromas que nunca faltan y R. cuenta que frente a la pregunta irónica de un visitante, acerca de si hacían concursos y ganaba el que llenaba el vasito de leche, directamente le bloquearon el acceso.
¿Dónde nos encontramos?
El club tiene su propio local, donde todo está preparado para que los socios disfrutemos de nuestra afición. Sólo los socios conocen dónde está el local, que no tiene ningún tipo de identificación externa.
También está prohibido hablar del club fuera del club. Nuestra premisa es ante todo, la discreción.
¿Cómo ser socio del club PCP?
No solemos aceptar nuevos miembros, si bien, es posible que ampliemos plazas en algunas ocasiones concretas (baja de otros socios o ampliación del local).
Ser socio tiene un coste mensual (cuota) para cubrir los gastos generales (alquiler, luz, agua...). Esto es como cualquier sociedad cultural o gastronómica, por lo que los socios mantenemos el local donde disfrutar de nuestra afición.
Si te interesa formar parte de nuestro club, escríbenos con tu nombre, edad, estado civil y población (recuerda que el club está en Pamplona) y te tendremos en cuenta en caso de ampliar plazas. Antes de eso, tendremos una reunión contigo personal, ya que el club no permite la entrada de cualquier persona y necesitamos conocer a cualquier candidato a socio antes de permitirle formar parte del club.
¿Qué os parece el tema?
¿Os pajearíais así en grupo, sanamente, en un ambiente distinguido y sin (se supone) factor homo?