La señora tenía permiso, pero a los responsables de la Iglesia les conviene decir que no. Por otro lado, tampoco había terminado su restauración. Cuando se empezó a difundir y se armó el follón el que se ha formado, ella estaba de vacaciones; y al vover pues, lógicamente, no dejaron que se acercara al cuadro.
Lo que convendría resaltar es que el Ecce Homo se estaba muriendo y nadie hacía nada por arreglarlo. Ahora quieren llevar a un equipo de restauradores profesionales, pero todo por conveniencia, ya que a fin de cuentas está saliendo por la tele y ahora parece que el arte sí que les importa. Muy mal todo, yo dejaba el cuadro como está.