Existió en cierta ocasión un cura madrileño que oficiaba misa como cualquier otro, pero tenía el pequeño problema de que, por algún motivo no especificado, odiaba a los gallegos. Cierto día, recibe la noticia de que ha de oficiar misa en Lugo, así que de mala gana, se traslada a esa hermosa y milenaria ciudad gallega.
Su primer día de misa, su sermón viene a ser:
-Queridos hermanos gallegos, porque pese a que sois inferiores, a ojos de Dios sois personas normales, hoy os hablaré de los pecados capitales. Y atended, porque seguramente caigáis en todos: sois avariciosos, lujuriosos, glotones, envidiosos...
Y así durante una hora. Al día siguiente, se reúne con el obispo, que le echa un sermón y le aconseja que, si no puede evitar su odio a los gallegos, por lo menos lo reduzca y lo disimule. El cura accede y en su siguiente misa, decide cambiar el sermón.
-Queridos hermanos, hoy hablaremos de la última cena. Reunióse Jesús con sus discípulos, y dijo: Uno de vosotros me traicionará. Se levantó Pedro y preguntó: Señor, ¿seré yo? Y Jesús respondió: No, Pedro, tú no serás. Pero tú me negarás tres veces. Se levantó Juan y preguntó: Señor, ¿seré yo? Y Jesús respondió: No, Juan, tú no serás. Y se levantó Judas y preguntó: E non serei eu, carallo?
Su primer día de misa, su sermón viene a ser:
-Queridos hermanos gallegos, porque pese a que sois inferiores, a ojos de Dios sois personas normales, hoy os hablaré de los pecados capitales. Y atended, porque seguramente caigáis en todos: sois avariciosos, lujuriosos, glotones, envidiosos...
Y así durante una hora. Al día siguiente, se reúne con el obispo, que le echa un sermón y le aconseja que, si no puede evitar su odio a los gallegos, por lo menos lo reduzca y lo disimule. El cura accede y en su siguiente misa, decide cambiar el sermón.
-Queridos hermanos, hoy hablaremos de la última cena. Reunióse Jesús con sus discípulos, y dijo: Uno de vosotros me traicionará. Se levantó Pedro y preguntó: Señor, ¿seré yo? Y Jesús respondió: No, Pedro, tú no serás. Pero tú me negarás tres veces. Se levantó Juan y preguntó: Señor, ¿seré yo? Y Jesús respondió: No, Juan, tú no serás. Y se levantó Judas y preguntó: E non serei eu, carallo?
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