Lee Jae-yong, vicepresidente del consejo de Samsung y responsable en la sombra del grupo surcoreano desde la hospitalización en 2014 de su padre Lee Kun-hee (actualmente presidente, aunque sea de forma nominal) ha sido arrestado este viernes por la justicia surcoreana en el seno de una operación que trata de arrojar luz sobre una trama de corrupción empresarial con la que Samsung habría buscado influir a las autoridades para facilitar la fusión de dos de sus filiales.
El arresto de Lee Jae-yong está íntimamente relacionado con el sonado escándalo político que desde hace meses llena las páginas de actualidad en Corea del Sur y que ha terminado con el proceso de destitución abierto contra la presidenta Park Geun-hye, acusada de mantener una estrecha relación con su amiga Choi Soon-sil (también conocida como la Rasputina coreana), que utilizó su influencia para desviar fondos, influir indebidamente en miembros del ejecutivo y obtener acceso a documentación confidencial.
La justicia surcoreana ya registró las oficinas centrales de Samsung en noviembre del año pasado y trató de obtener una orden de arresto contra Lee Jae-yong hace varias semanas, pero fue en vano. Ahora, tras descubrir nuevas evidencias, la fiscalía ha conseguido una orden bajo los cargos de soborno, perjurio, desfalco, ocultación de ingresos de origen criminal y transferencia ilícita de activos al extranjero.
Lee Jae-yong, de 48 años, es considerado el presumible heredero de Samsung, compañía fundada por su abuelo Lee Byung-chul, y se esperaba que tomara oficialmente las riendas de la compañía cuando su padre se retirara. Algunos accionistas son críticos con su papel en la directiva, considerando que se están priorizando los vínculos de sangre frente a la valía empresarial.
Según creen los investigadores, Lee Jae-yong habría sido instrumental en el pago de más de 35 millones de euros a organizaciones y fundaciones relacionadas con Choi Soon-sil, que se encuentra bajo custodia desde el año pasado.
La fiscalía cree que el vicepresidente de Samsung habría desviado este dinero para ganarse el favor de Choi Soon-sil, con el propósito de que la consejera de la presidenta del gobierno utilizara su considerable influencia para engrasar la polémica fusión de las filiales Samsung C&T y Cheil Industries, que sirvió para que la familia Lee consolidara su poder en Samsung Electronics. Lee Jae-yong, por su parte, afirma que le obligaron a realizar dichas donaciones y que no buscó obtener beneficio alguno.
Está Samsung que lo peta.