Churros en spray, yogures con aceite de oliva, ginebra con hormigas… La industria de la alimentación ha demostrado su inagotable imaginación a la hora de lanzar nuevos productos al mercado pero, curiosamente, hasta ahora a nadie se le había ocurrido el que, sin duda, aspira a ser uno de los inventos del año. O del siglo.
Chocolate en lonchas. Exacto, como el típico queso de los sandwiches, pero ahora de chocolate. La pregunta es evidente: ¿Cómo ha podido la humanidad sobrevivir hasta ahora sin esto?
El invento, por supuesto, viene de Japón. Según descubrimos hace unos días en esa inagotable fuente de conocimiento absurdo pero entretenido que es Bored Panda, se trata de una creación de la compañía Bourbon. Aunque por ahora sólo se comercializa por allí, visto el entusiasmo que su lanzamiento ha provocado en Internet, seguro que ya ha empezado la cuenta atrás para que otras firmas lancen sus propias versiones.
La comparación con las lonchas de queso para sandwich no es casual, porque se comercializan en un formato parecido, en paquetes de 5, y con un grosor de 2 milímetros por pieza. Eso sí, el precio no tiene nada que ver con el original de queso, ya que este invento ronda los 25 euros al cambio.
Parte de la explicación para semejante precio posiblemente venga del uso de chocolateNama, uno de los más cotizados en Japón, y creado por la marca de chocolateRoyce. Un chocolate elaborado con nata y que presume de tener un sabor más intenso que el chocolate con leche, gracias al mayor contenido de cacao.
Además de usarlo para fundirlo en sandwiches o sobre lo que sea (gofres, tostadas, frutas…), y la opción de comerlo a mordiscos que deberíamos descartar si recordamos el precio, desde Japón ya proponen emplearlo también para decorar galletas, crear rollitos con chocolate e incluso para elaborar flores de chocolate.¿Cuánto tardaremos en ver algo parecido en los supermercados del país? Mientras los abogados de de Nestle llaman a los de Tranchetes para cerrar los detalles de la joint venture, insistimos en nominar a estas lonchas de queso como el invento gastronómico de 2015.